Como cada martes me acerqué con la planilla de los gastos y las correspondientes facturas para que la secretaria les de entrada y queden asentadas en las actas de la escuela
llegué hasta la puerta y escuché la siguiente discusión, o al menos parte de ella.
Los nombres no los pongo porque realmente no sé quienes eran, y decidí llamarlos A y B respectivamente. Ahi vamos...
A:- Según dijo, la reunión va a ser el viernes que viene.
B:- ¿Ahora? ¿Este viernes?
A:- No....el que viene.
B:- Por eso..el viernes que viene, o sea el próximo, sería este viernes.
A:- No...el viernes que viene, sería este. El próximo vendría a ser el que viene...¿entendés?
B:- Pará, pará...Este viernes, es "este viernes". El que viene sería el "otro viernes".
A:- Pero nos invitó para el que viene...
B:- ¡Claro! Para este viernes no, para el que viene, o sea para el otro viernes.
A:- ¿o dijo "los espero el viernes" a secas?
B:- No, no, no....Dijo clarito, "nos vemos el viernes que viene"...o sea el otro viernes.
A:- ¿Y por qué no dijo directamente el otro viernes? ¿ o por qué no le puso un numero al viernes así no nos confundía tanto?
B:- Pero si está clarísimo, el viernes de esta semana sería "este viernes", o sea el que viene, el próximo; el "viernes que viene" sería el otro viernes, o sea dentro de dos viernes, y "el otro viernes" vendría a ser el otro, a secas, el tercer viernes a partir de hoy...¡Ay, es una boludez! ¿cómo me ponés esa cara de que no entendés?
La discusión siguió, mi paciencia y mis nervios me dijeron suficiente.
Me fui.
Nos vemos en el próximo relato...o en el que viene...ya no sé.