miércoles, 22 de abril de 2015

Bejarano y familia.

Un día se me va a terminar la paciencia...
Vamos desde el principio. Era un sábado a las 2 de la tarde cuando golpearon la puerta de casa con tal fuerza que pensé que la tiraban abajo. Fui rápido a atender, un poco por la urgencia de quien golpeaba pero fundamentalmente por la integridad de la puerta.
Abro y me encuentro con un matrimonio y su hija que no superaba los 10 años, llorando desconsolada mientras que su padre me miraba fijo. La madre vendría a completar la parte de arriba de la dueña del gato de los dibujitos Tom y Jerry  y el padre era una suerte de sargento García colombiano que vestía la camiseta de Boca y bermudas hechas de pantalón de trabajo cortado a mordiscones. "¿Viñales?" me eructó el visitante "Mucho gusto, Jorge Bejarano". En vano estiré la mano para saludar. "Permiso" me dijo Bejarano y pasó al living de casa seguido de su mujer e hija que me miraron como si hubiera matado al último panda. Cerré la puerta y les iba a preguntar que pasaba cuando me vomitaron el siguiente monólogo asistido.
"Mire Viñales, se la vamos a hacer corta. La Rosa (la hija de Bejarano) iba a ser la abanderada de este año y por un tecnicismo quedó afuera. Ni siquiera va a ser escolta la Rosita. ¿Cómo puede ser que JUSTO el profesor de gimnasia de la Rosita sea el único que no pone diez en la libreta porque considera que el diez es la perfección, y el único perfecto es Dios? ¡Explíqueme por favor! ¡Tenemos cara de boludos pero no somos ningunos boludos los Bejarano! ¿Se creen que nos van a pasar por arriba porque vivimos en otro barrio? ¡No señor! ¡No lo vamos a permitir! ¡Así que usted me arregla el asunto o acá va a correr sangre! No sé si me entiende."
Tragué saliva porque parecía que la cosa venía en serio, aunque yo no tuviera nada que ver iba a estar complicado hacerle entender algo a los Bejarano.
"Mire Bejarano, yo no tengo nada que ver. Yo sólo soy..."
"¡Viñales! ¡No me agarre para la joda! ¿Qué se piensa? ¿Cree que no sé que usted es el presidente de la escuela? Así que se deja de pendejadas y me arregla la nota de gimnasia de la Rosita o le pongo una piña." me decía Bejarano mientras se acercaba peligrosamente.
"¡Pero no tengo nada que ver!Soy presidente de la cooperadora nomás. No corto ni pincho con las notas de los pibes."
Ahí se me vino Bejarano y me agarró del cuello.
"¡Te voy a cagar a puñetes hijo de puta!¡Vos a mi hija le arreglás la libreta o te buscás quien te arregle la cara! ¿Estamos?"
En eso la mujer de Bejarano gritó y la hija se desmayó. El tipo me soltó y compusieron de nuevo el cuadro familiar.
La piba resucitó y como pude les dije "Mire Bejarano...yo solo soy el que labura para que la escuela tenga tizas, tubos fluorescentes en los salones y el pasto cortado. Ayudamos a los pibes que no pueden pagar un viaje de estudios o algo así, pero con las notas no puedo hacer nada..ahi soy un cuatro de copas"
Cuando la piba reaccionó, Bejarano pareció aflojar un poco.
"Mire Viñales" dijo "Disculpe lo atropellado de la situación, pero yo me aguanto cualquier injusticia, pero con mi hija nadie se mete ¿sabe? Es injusto, no me va a decir que porque a un chupacirios se le ocurre no poner diez en la libreta, otros pibes se vean favorecidos."
"¡Tiene razón!" le dije "Pero a ese tema lo tiene que hablar con la directora María Eva"
Bejarano me miró como si le hubieran metido un rolito en el orto.
"Pero ella me dijo que venga a hablar ese tema con usted. Que ella no tenía nada que ver...¡Que hija de puta! ¡Me caminó!"
"Vaya Bejarano...digale que ya habló conmigo. Sino hable directamente con el de gimnasia o quejesé en el consejo escolar. Lo que le hacen a su hija y a los demás chicos de su curso está mal. No se puede limitar la nota porque sí."
Bejarano me semisonrió como si tuviera el siete de espadas, y abrazó a su familia. Me extendió la mano y dijo "Sepa entender Viñales. no fue mi intención incomodarlo. Disculpe. ¡Ah, respecto del otro tema...!"
"Vaya Bejarano" lo tranquilicé "Vaya tranquilo, va a ver que todo tiene solución."
Y bajando la cabeza como asintiendo se fueron los tres.
Estaba todavía en shock cuando Salvatierra el vecino de enfrente se cruzó, evidentemente venía a ponerse al tanto.
"¡Viñales! ¡Es increíble! ¿Cómo puede ser?" me dijo.
"Son cosas que pasan...Nada grave por suerte....Vaya Salvatierra, yo igual estoy tranquilo con mi conciencia."
"¡Que suerte que lo toma así Viñales! ojalá tuviera su temperamento..." dijo Salvatierra y se fue a su casa.
Al entrar el auto, del lado del acompañante se leía con aerosol verde "Viñales cornudo".
¡La puta que te parió, Bejarano!