Hace un tiempo se aprobó en el Consejo Escolar el
presupuesto para cambiar el piso del patio de la escuela. Luego vinieron los
albañiles para sacar el viejo piso y más tarde llegó el volquete para empezar a
quitar el escombro así comenzar a colocar el nuevo piso. Todo marchaba viento
en popa hasta que la directora se le dio por pasar a visitar la escuela y vio
el volquete. Cuando le dijeron que se trataba del viejo piso de la escuela se
puso a mirar un punto fijo en cualquier lado y empezó su relato "Pensar
que por ese piso pasaron generaciones de alumnos, un concejal, un diputado, dos
destacados deportistas, pensar que ahí corría Manuel Wirzt, pensar que la mujer
de Darín dio su primer beso en ese patio. ¡Cuántas historias! Es una pena que
se vaya todo a rellenar un zanjón o termine en un contrapiso como escombro. ¡Ya
sé! ¡Rescatemos las baldosas, limpiémoslas y hagamos una celebración festejando
el 46 avo aniversario y como souvenir, les regalamos a los ex alumnos con una
leyenda alusiva y la fecha estampada. ¡Viñales! Como presidente de la
Cooperadora le encargo esa tarea, confío en usted, prepáreme 150 baldositas
para el viernes de la semana que viene."
Ahí quedé, quieto, como desactivado. Los albañiles me
hicieron firmar varios papeles en ese interín, entre ellos dos cheques en
blanco.
Desde el fondo de la galería y dando saltos, la vigésima
vocal me dijo "Me contó María Eva de su idea..¿No es genial? ¡Que buen
gusto y que buena iniciativa! Viñales, ponete a la altura de las
circunstancias. Yo te ayudaría pero no sabría por dónde empezar...¡Ah! y
acordate que hasta ese viernes no vamos a estar los demás miembros de la
cooperadora. Mañana nos vamos a pasar unos días a Carlos Paz porque la agencia
de viajes de Bariloche nos regaló estadías a los que estuvimos de acuerdo con
ellos ¿No te avisaron? Como sobraba un lugar nos llevamos a María Eva. Así vas
a estar tranquilo, viste que vos te quejás siempre de ella. Bueno Viñales, nos
vemos en la cena...Lucite con las baldositas. Chaucito."
Demás está decir que me rompí el alma para llegar con las
baldositas de mierda, que me peleé con todos los albañiles, que mi mujer me
pidió el divorcio tres veces en diez días, y sobre todo que la cena se
suspendió porque la estadía en Carlos Paz se extendió dos días más de lo esperado
y no llegó María Eva la directora, quien llamó desde allá para suspender todo
hasta nuevo aviso.
Esto pasó hace ocho años. Las baldositas todavía están en
una caja esperando la cena. Algunas se destrozaron igual que mis nervios.
"Lucite Viñales" suena en mi desgastada cabeza...